Igual
Las
cosas están tal como las dejaste,
detenidas
en las manecillas de un reloj
que
se entregó a la soledad.
Los
libros y el baúl
permanecen
inmóviles
cubiertos
por el polvo
que
duerme los recuerdos.
La
humedad de la vida
se
detuvo en cada pedazo de pared,
como
esperando tu regreso,
y
una cama reclama tus sudores.
Ya
nada es igual,
hay
un vacío urgente que se clava en la piel
y
un nudo en la garganta
que
a ultranza se queda conmigo.
Ya
nada es igual,
aunque
lo parezca.
Está
todo tal como lo dejaste
aquella
fría mañana de abril,
en
la que decidiste
desprenderte
del cansancio
que
a veces produce el amor.